La única manera de hacer que el deporte realmente sea una actividad que forma parte de nuestro estilo de vida, de nuestro día a día, es que logremos convertirlo en un hábito. Ahora…
¿Te parece difícil?
¿Lo has logrado? o ¿no sabes por dónde empezar?
También puede ser que no sabes cómo hacerlo sostenible en el tiempo.
A lo largo de los años, en lo personal, he pasado por muchas experiencias que han puesto a prueba mi disciplina como deportista y compromiso con lo que me he propuesto.
A todas estas, mantener la continuidad ¡no es fácil! Y más si no eres élite o no te pagan para que entrenes.
Lo que he aprendido por mí mismo y al trabajar con atletas tanto élites como aficionados es que el poder hacer del deporte y del entrenamiento un hábito, amerita de otros hábitos.
La idea es crear una cadena de hábitos que harán que logres tu cometido principal. Enfócate en el proceso y no solo en el resultado.
Te comparto estos hábitos que te facilitarán el mantener el ritmo, la motivación y consecuencia para salir a correr, rodar, nadar o ir al gym:
Planifícate con anticipación
Armar y ver tu semana de entrenamiento, saber lo que te toca cada día, te permitirá organizarte para cumplir con tu rutina y los demás compromisos.
Enfócate en cada actividad
Ser eficientes con el tiempo es de vital importancia. Un día tiene solo 24 horas; si te concentras exclusivamente en cada compromiso y tarea agendada en su momento, serás diligente y concretarás tus objetivos.
Mejor algo que nada
Si por equis causa se te complica el día, y en vez de hacer un entrenamiento de 90 min. puedes solo 45 minutos, no lo uses como excusa para no hacer nada ¡HAZLO! La mejor opción siempre será hacer.
Escucha a tu cuerpo
Escuchar tu cuerpo generará siempre mejores resultados y bienestar. Al entender sus señales sabrás si ese entrenamiento programado te ayuda o es preferible descansar. No eres una máquina, tampoco funcionas solo mentalmente; conectarte con todo tu ser siempre es necesario.
Cíñete al plan
Si quieres el rendimiento anhelado, debes ser coherentes con eso que quieres, entender el objetivo del entrenamiento y aplicarlo ¡Importante! ¿Tienes un plan de entrenamiento? ¿tienes claro a dónde quieres llegar? ¿sabes cuál es el camino? Recuerda siempre que te puedo ayudar con esto.
Todo esto debes realizarlo habitualmente.
Como dijo alguna vez Aristóteles:
Somos lo que hacemos repetidamente, por lo tanto la excelencia es un hábito.
Recuerda mi invitación inicial: conversemos.
Espero leerte.